Cuando el relleno ya no es bienvenido: opciones para retirarlo
- Carolina Abal

- 14 ago
- 2 Min. de lectura

1. No todos los rellenos son iguales
Es fundamental entender que el tipo de relleno determina la posibilidad y la forma de retirarlo.
a) Ácido hialurónico
Naturaleza: Sustancia reabsorbible y biocompatible.
Retiro: Puede disolverse con hialuronidasa, una enzima que degrada el producto de forma relativamente rápida (aprox. 48hs).
Ventajas: Procedimiento poco invasivo, resultados visibles en horas o días.
Limitaciones: No revierte efectos secundarios permanentes como fibrosis o distensión cutánea.
b) Hidroxiapatita de calcio
Naturaleza: Sustancia biocompatible que estimula colágeno.
Retiro: No se puede “disolver” con una enzima. Es semipermanente, lo que significa que tiene una reabsorcion lenta que no siempre es total. Su manejo requiere observación, y en caso de complicaciones, puede intentarse su aspiración temprana, tratamiento con corticoides o resección quirúrgica.
Limitaciones: Una vez que se ha generado inflamación, el efecto no es completamente reversible ya que no es posible retirarlo al 100%.
c) Ácido poliláctico
Naturaleza: Es un tipo de plástico biocompatible. Se considera estimulador de colágeno, no es relleno volumétrico inmediato.
Retiro: No existe un antídoto. Solo se pueden manejar complicaciones de forma médica o quirúrgica.
Consideración: Sus efectos se mantienen por la inflamación crónica y la producción de colágeno, no por el producto en sí.
d) Biopolímeros / rellenos permanentes
Naturaleza: Sustancias sintéticas no reabsorbibles (ej. silicona líquida, metacrilato).
Retiro: La única opción es quirúrgica, con extirpación lo más completa posible.
Riesgos: Altamente propensos a migración, reacción inflamatoria crónica y fibrosis. Su extracción completa muchas veces es difícil sin dejar secuelas.
2. ¿Por qué alguien querría quitar un relleno?
Cambio en las preferencias estéticas (deseo de un rostro más natural).
Asimetrías o resultados poco armónicos.
Complicaciones como inflamación crónica, nódulos, granulomas o migración del producto y los síntomas aparejados a estos: dolor, ardor o picazón local.
Envejecimiento del rostro que altera la apariencia del relleno original y cambia las facciones naturales.
3. Cómo se aborda el retiro
Evaluación clínica y de imágenes para identificar tipo, localización y extensión del producto.
Plan individualizado según el material y las expectativas del paciente.
Opciones combinadas: En algunos casos, se necesita una combinación de procedimientos médicos y quirúrgicos.
Conclusión
La decisión de retirar un relleno facial debe ser informada y realista. No todos los productos se pueden quitar de forma sencilla, y algunas intervenciones pueden dejar secuelas. Y en muchos casos el retiro es imposible por comprometerse estructuras nobles del cuerpo. Por eso, la elección inicial del relleno y del profesional que lo aplica es tan importante como la de retirarlo.




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