En la actualidad existe una gran confusión a la hora de delimitar las fronteras entre la liposucción y la lipoescultura. Buscar una respuesta adecuada en internet puede llevar a conclusiones contradictorias. Incluso la opinión de los expertos puede aumentar la confusión, si no se delimita muy bien la pregunta o la respuesta se desvincula del contexto en el que se produce.
Lo mejor es empezar por las definiciones. La liposucción a secas consiste en disolver la grasa sobrante y acumulada en cualquier parte del cuerpo (abdomen, cartucheras, brazos, espalda, cara, cintura, etc.) para luego extraerla a través de una cánula por un efecto de succión. Cualquier técnica que cumpla esta doble condición de disolver la grasa y extraerla del cuerpo mediante un efecto de succión debe tenerse como una liposucción.
En la actualidad, por ejemplo, ya se utiliza el láser para eliminar la grasa de zonas de poca extensión. El calor de la luz emitida por el aparato disuelve la grasa y ésta se extrae a través de una cánula mucho más fina que en la liposucción tradicional o incluso mediante una jeringa. Pero no deja de ser una liposucción y de hecho ha permitido aplicar esta técnica en zonas del cuerpo, donde antes no se podía al no haber casi espacio para utilizar el instrumental de que se disponía.
Ahora veamos qué esconde el término de lipoescultura. Su definición conlleva un concepto muy concreto, como es el de modelar el cuerpo, de ahí que la palabra contenga el término escultura. Pero ello no debe llevar a pensar que se trata de eliminar la grasa allí donde sobra. Puede ser así en algunos casos, pero en otros sólo es una parte del procedimiento, ya que también se puede utilizar esa grasa sobrante para ponerla en otros lugares del cuerpo con el fin de darle una forma más atractiva.
Otra cosa importante: la lipoescultura se vale de la liposucción para cumplir con sus objetivos de moldear el cuerpo.
Una última consideración llega de la mano del desarrollo alcanzado actualmente por la tecnología láser a partir de la experiencia acumulada y que ha permitido que se puedan disolver bolsas de grasa no demasiado grandes sin que para eliminarla haya que recurrir a su succión, ya que es el propio organismo el que la reabsorbe. Es lo que los dermatólogos denominan laserlipólisis y que se utiliza cada vez con mayor frecuencia para la eliminación, por ejemplo, de la tan denostada celulitis.
Fuente: Sanitas.es
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